Psicología mi gran pasión
Como profesional de la psicología con este blog pretendo informar, orientar sobre los diferentes trastornos psicológicos, su evaluación, diagnóstico, tratamiento etc. Además comentaré estudios o experimentos que me parezcan interesantes de revistas científicas, programas de televisión etc.
lunes, 19 de mayo de 2014
Ratones con esclerosis múltiple mejoran al tratarlos con células madre humanas
Cuando los científicos trasplantaron células madre humanas en ratones con EM, predijeron que las células serían rechazadas, al igual que se rechaza un trasplante de órganos.
Al no esperar ningún beneficio para los ratones, se sorprendieron cuando el experimento dio resultados espectaculares. "Mi compañero de postdoctorado Lu Chen vino y me dijo: "Los ratones están caminando". Yo no le creí", reconoce el co-autor principal Tom Lane, profesor de patología en la Universidad de Utah (EE.UU.), que comenzó el trabajo en la Universidad de California en Irvine.
En tan sólo 10 o 14 días, los ratones recuperaron habilidades motoras, informa la Universidad de Utah en una nota de prensa recogida por Newswise. Seis meses más tarde, no mostraron signos de desaceleración.
Más de 2,3 millones de personas en todo el mundo tienen EM, una enfermedad donde el sistema inmune ataca la mielina, una capa aislante que rodea las fibras nerviosas. El daño resultante inhibe los impulsos nerviosos, produciendo síntomas que incluyen dificultad para caminar, problemas de visión, fatiga y dolor. Los ratones con EM tratados con células madre humanas experimentan una reversión de los síntomas, al repararse la mielina dañada.
Contraintuitivamente, la predicción original de los investigadores de que los ratones rechazarían las células madre, se hizo realidad. No había señales de las células después de una semana. En el breve periodo en el que estuvieron en el cuerpo de los ratones, enviaron señales químicas que indicaron a las células del propio ratón que reparar los daños causados por la EM.
Recientemente, científicos de dos universidades inglesas han desarrollado a partir de células madre unas neuronas motoras que, trasplantadas a músculos con células nerviosas dañadas, ayudan a controlarlos mediante pulsos de luz azul. Por el momento, el métodosólo se ha probado en ratones, aunque podría utilizarse en personas con lesiones en la médula espinal.
La técnica tiene la capacidad de restaurar la función de músculos paralizados por problemas tales como la enfermedad de la motoneurona y la lesión de la médula espinal, y ha sido desarrollada por científicos del University College de Londres y el King's College de Londres.
El equipo probó el método en ratones que tenían lesionados los nervios que inervan los músculos de las patas traseras. Las neuronas motoras derivadas de células madre trasplantadas crecían a lo largo de los nervios lesionados para conectar con éxito con los músculos paralizados, que luego podían ser controlados con pulsos de luz azul.
Fuente: tendencias21.net
jueves, 8 de agosto de 2013
miércoles, 21 de noviembre de 2012
Los niños españoles los más afectados por la crisis
Si hay algo que me duele especialmente son los niños, y según he leído en un informe de Unicef del que pondré unos párrafos a continuación, los niños españoles son cada vez más pobres.
lunes, 26 de diciembre de 2011
Una desconexión neuronal podría explicar la crueldad humana
Los seres humanos a veces son capaces de cometer grandes atrocidades y actos horribles, prácticamente inconcebibles. ¿Por qué? Un estudio reciente realizado por investigadores de la Duke University y de la Princeton University, de Estados Unidos, sugiere que estos comportamientos podrían tener su origen en el fallo de una red neuronal implicada en la interacción social y que hace posible que reconozcamos a otras personas como “humanos”.
Los seres humanos a veces son capaces de cometer grandes atrocidades y actos horribles, prácticamente inconcebibles. ¿Por qué?
Un estudio reciente realizado por investigadores de la Duke University y de la Princeton University, de Estados Unidos, sugiere que la clave de estos comportamientos podría estar en el fallo de una red neuronal implicada en la interacción social y en el reconocimiento de otras personas como “humanos”.
Dicha red puede desconectarse ante los individuos que causan disgusto o rechazo, afirman los autores del estudio. Como consecuencia, la gente deshumaniza a otros individuos y olvida que éstos tienen pensamientos y sentimientos.
Según explica el director del estudio, el psicólogo Lasana Harris, en un comunicado de la Duke University: “Cuando nos encontramos con otra persona, normalmente deducimos algo sobre sus pensamientos. Pero, a veces, esta función cognitiva falla, lo que abre la posibilidad de que no percibamos al otro como completamente humano”.
Red neuronal y empatía
En los últimos años, la neurociencia social (que es el estudio simultáneo de dos cerebros en interrelación mutua) ha demostrado que, en el cerebro humano, normalmente se activa una red neuronal concreta cuando vemos imágenes de otras personas o reflexionamos acerca de lo que están pensando otros individuos.
Esta red ha sido identificada gracias a la tecnología IRM o de imagen por resonancia magnética, que permite, de manera no invasiva, registrar imágenes de la actividad cerebral.
Los científicos han sabido que esta red de conexiones neuronales está relacionada con la cognición social, facultad gracias a la cual podemos tener determinados pensamientos o sentimientos –como la empatía- al interactuar con otros individuos.
En la investigación de Harris, realizada en colaboración con Susan Fiske, una profesora de psicología de la Universidad de Princeton especializada en la formación de impresiones sobre los demás y en cómo afectan los prejuicios culturales a las relaciones humanas, participaron 119 estudiantes de la Universidad de Princeton, de una media de edad de 20 años. Todos ellos completaron una encuesta sobre juicios y toma de decisiones, a medida que iban viendo imágenes de personas.
Resultados obtenidos
Con esta encuesta, los científicos determinaron si los estudiantes presentaban respuestas emocionales esperables ante ciertas imágenes, como orgullo al ver a una estudiante de universidad o a un bombero americano; envidia al ver a una mujer de negocios y a un hombre rico; compasión, ante un hombre anciano y una mujer discapacitada o rechazo, al ver a una mujer sin hogar y a un hombre drogadicto.
Tras imaginar un día en la vida de estas personas, se pidió a los participantes que evaluaran sus potenciales características: su grado de calidez, de competencia, de responsabilidad hacia su propia situación, de control sobre su situación, de inteligencia, de autoconciencia, etc.
Por último, los estudiantes fueron sometidos a un escáner de IRM para registrar su actividad cerebral, al mismo tiempo que veían las imágenes.
Los resultados obtenidos demostraron lo siguiente: la red neuronal clave para la interacción social de los estudiantes no se activó ante las imágenes de drogadictos, personas sin hogar, inmigrantes y otras personas pobres.
Por otro lado, los científicos descubrieron que otras regiones cerebrales influían en la tendencia a deshumanizar a cierto tipo de personas. Dichas regiones fueron las relacionadas con el rechazo, la atención y el control cognitivo.
Es necesario ponerse en la piel de otros
Según Harris: “Estos resultados sugieren que la deshumanización de otras personas tiene raíces múltiples y es un fenómeno complejo. Habrá que hacer nuevas investigaciones para delimitar con mayor exactitud esta complejidad”.
Lo científicos afirman, por otra parte, que resulta muy sorprendente constatar cómo la gente atribuye fácilmente cognición social –vida interna o emociones- a animales y a coches, pero, en cambio, elude establecer contacto ocular con los mendigos sin hogar que se encuentra por la calle.
A este respecto, Fiske señala que “necesitamos pensar en la experiencia de otras personas, eso es lo que nos hace completamente humanos”. De lo contrario, fomentaremos una disfuncionalidad neuronal que favorece la “percepción deshumanizada” o la incapacidad de considerar la vida interior de los demás.
En una situación extrema, esta desconexión cerebral podría explicar, por ejemplo, cómo la propaganda contra los judíos en la Alemania nazi contribuyó a la tortura y el genocidio de millones de personas, afirman los investigadores.
Los resultados de esta investigación han aparecido detallados en el Journal of Psychology bajo el título "Dehumanized Perception: A Psychological Means to Facilitate Atrocities, Torture, and Genocide?” (La percepción deshumanizada: ¿Un instrumento psicológico para posibilitar atrocidades, tortura y genocidio?).
Estudios previos habían establecido ya relaciones entre el funcionamiento del cerebro y las capacidades sociales. Es el caso, por ejemplo, de una investigación sobre psicópatas realizada en 2010 por psicólogos de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, en la que se constató que los cerebros de este tipo de individuos presentan una actividad mayor de lo normal en cierta área del cerebro relacionada con la sensación de recompensa o de placer.
Como consecuencia, los psicópatas buscan siempre su propio beneficio sin importarles los efectos de sus actos sobre otras personas o los peligros que puedan conllevar dichos actos.
Fuente: tendencias21.net
martes, 4 de mayo de 2010
El Cerebro de los Tímidos
Tímidos eran también Albert Einstein, Abraham Lincoln, el inventor Orville Wright o el escritor Raymond Carver.Ahora un equipo de científicos ha demostrado que los tímidos perciben el mundo de una manera diferente y muestran una actividad cerebral más intensa ante ciertos estímulos. Investigadores de la Universidad Stony Brook de Nueva York, de la Universidad del Sudeste y de la Academia China de Ciencias seleccionaron a 16 personas y les pidieron que confrontaran dos retratos similares para observar los detalles. Mientras tanto, examinaron sus cerebros usando Resonancia Magnética Funcional. Los tímidos pasaron más tiempo observando las imágenes y “mostraron una actividad elevada en las áreas cerebrales que se ocupan de asociar percepciones visuales y sensoriales”. En definitiva, "su cerebro no sólo se ocupó de la percepción visual, sino que se activó para una elaboración más profunda de la información", explicaron los investigadores, que han dado a conocer sus resultados en la revista Social Cognitive and Affective Neuroscience.
Según concluyen, el cerebro de las personas tímidas percibe el mundo exterior de distinta manera gracias a la "Sensibilidad para la Percepción Sensorial" (SPS). Este rasgo se caracteriza por la sensibilidad a estímulos internos y externos, incluyendo los sociales y los emocionales, e implica una predisposición a la timidez que podría afectar al 6% de la población mundial. Este tipo de sujetos, añaden los autores del estudio, necesita más tiempo para observar y reflexionar antes de actuar. Y normalmente les molestan el ruido y las multitudes más que a la media, son más sensibles a la cafeína y se sobresaltan con mucha facilidad, todos ellos efectos colaterales de su tendencia innata a prestar más atención a los detalles.
Fuente: Muy interesante.com
viernes, 13 de noviembre de 2009
Las neuronas nuevas borran los antiguos recuerdos para mantener la capacidad de aprendizaje

Con la edad, la capacidad de recordar lo que se ha hecho el día anterior suele disminuir, hasta llegar a que, en muchos casos, no se recuerda lo que se ha dicho dos minutos antes, aunque se mantienen intactos recuerdos de muchos años atrás. Falla la memoria a corto plazo, que se ha demostrado que reside fundamentalmente en una parte del cerebro, el hipocampo. Según un trabajo realizado por un amplio equipo de investigadores japoneses en ratas y ratones, este fallo está relacionado con que no se borran los recuerdos antiguos, labor que hacen las neuronas nuevas, cuya generación puede disminuir con la edad, el estrés y los factores ambientales.
Es como si el disco duro cerebral estuviera lleno y fuera preciso formatearlo para permitir el almacenamiento de nuevos recuerdos. Este resultado sugiere que cuando no hay neurogénesis (generación de neuronas) se produce un fracaso de la memoria a corto plazo porque está literalmente llena. "Podemos tener problemas para adquirir nueva información porque la capacidad de almacenamiento está ocupada por recuerdos antiguos no borrados", explica Kaoru Inokuchi, que ha dirigido la investigación, publicada en la revista Cell.
Normalmente, según esta tesis, el nacimiento de nuevas neuronas promueve la pérdida gradual de recuerdos en el hipocampo y su transferencia a otros lugares del cerebro para integrarse en la memoria a largo plazo. Aunque el trabajo se ha hecho sólo con recuerdos relacionados con el miedo, Inokuchi cree que "todos los recuerdos que se almacenan inicialmente en el hipocampo resultan afectados por este mecanismo".
Se sabía que el hipocampo es uno de los pocos lugares del cerebro donde se generan nuevas neuronas en muchas especies de mamíferos, incluido el ser humano, incluso hasta edades avanzadas, pero no se sabía exactamente lo que hacen estas nuevas células cerebrales. El equipo japonés sospechaba que es precisa la integración de las nuevas neuronas para reforzar las conexiones neuronales, pero también pensó que su incorporación puede cambiar la estructura de la información preexistente, y eso es lo que ha confirmado en los experimentos.
En las ratas, se había comprobado en experimentos anteriores que el ejercicio físico da lugar a nuevas neuronas, lo que hace disminuir la dependencia de la memoria del hipocampo. "El aumento de la neurogénesis debido al ejercicio puede acelerar la destrucción de recuerdos en el hipocampo y al mismo tiempo facilitar la transferencia de los recuerdos al neocórtex. La capacidad de almacenamiento de recuerdos del hipocampo es limitada, pero de esta forma se puede aumentar la capacidad total del cerebro", explican los investigadores.
Con este estudio se sientan las bases para examinar la relación entre la neurogénesis y la capacidad de aprendizaje, añaden. Además, quieren ver cómo la transferencia de los recuerdos de una parte a otra del cerebro los cambia: pasan de ser muy ricos en detalle y en contexto a ser más genéricos.
Fuente: elpais.com
domingo, 11 de octubre de 2009
Los adolescentes razonan como los adultos, pero aún no son maduros
