sábado, 27 de septiembre de 2008

Trastornos de Ansiedad


Hoy vamos a hablar de los trastornos de ansiedad, su definición, sus síntomas, así como la distinción entre ansiedad normal y la patológica.


Todos en nuestra vida hemos sufrido ansiedad, o hemos observado a personas que manifiestan los síntomas de ansiedad.


Definimos la ansiedad como una reacción emocional que surge ante la percepción de la persona de una amenaza o peligro. Por ejemplo al oir una explosión lo que hacemos es activar automaticamente una respuesta de ansiedad que prepara a la persona para la huida. En este caso , estamos hablando de ansiedad como una respuesta adaptativa o de supervivencia.


Cuando esta ansiedad se manifiesta ante estímulos insignificantes, son de una intensidad elevada o duran más de lo necesario ya hablamos de ansiedad patológica.


Para distinguir una de otra hay que ver siempre el grado de interferencia que produce en la vida cotidiana de la persona. Por ejemplo, si una persona está constantemente preocupándose por su salud, por el dinero o por el trabajo de una forma excesiva y su tendencia es la de anticipar un desastre, esta persona vivirá el día a día con unos síntomas muy elevados de ansiedad.



Los síntomas de la ansiedad se clasifican en diferentes grupos:


-Físicos: Taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, "nudo" en el estómago, alteraciones de la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, hormigueo, sensación de mereo e inestabilidad. Si la activación neurofisiológica es muy alta pueden aperecer alteraciones del sueño, la alimentación y la respuesta sexual.


Psicológicos: Inquietud, agobio, sensación de amenaza o peligro, ganas de huir o atacar, inseguridad, sensación de vacío, sensación de extrañeza o despersonalización, temor a perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones. En casos más extremos, temor la muerte, la locura, o el suicidio.


De conducta: Estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar, impulsividad, inquietud motora, dificultad para estarse quieto y en reposo. Estos síntomas vienen acompañados de cambios en la expresividad corporal y el lenguaje corporal: posturas cerradas, rigidez, movimientos torpes de manos y brazos tensión de las mádíbulas, cambios en la voz, expresión facial de asombro, duda o crispación, etc.


-Intelectuales o cognitivos: Difucultades de atención, concentración y memoria, aumento de los despistes y descuidos, preocupación excesiva, expectativas negativas, rumiación, pensamientos distorsionados e importunos, incremento de las dudas y la sensación de confusión, tendencia a recordar sobre todo cosas desagradables, sobrevalorar pequeños detalles desfavorables, abuso de la prevención y de la sospecha, interpretaciones inadecuadas, susceptibilidad, etc.


Sociales: Irritabilidad, ensimismamiento, dificultades para iniciar o seguir una conversación, en unos casos, y verborrea en otros, bloquearse o quedarse en blanco a la hora de preguntar o responder, dificultades para expresar las propias opiniones o hacer valer los propios derechos, temor excesivo a posibles conflictos, etc.


No todas las personas tienen los mismos síntomas, ni éstos la misma intensidad en todos los casos. Cada persona, según su predisposición biológica y/ o psicológica, se muestra más vulnerable o susceptible a unos u otros síntomas. Algunos de ellos sólo se manifiestan de manera significativa en alteraciones o trastornos de la ansiedad. En casos de ansiedad normal se experimentan pocos síntomas, normalmente de poca intensidad, poca duración, y son poco incapacitantes.


La ansiedad normal y proporcionada, así como sus manifestaciones, no puede ni deben eliminarse, dado que se trata de un mecanismo funcional y adaptativo. Se trata de saber convivir con la ansiedad, sin perder la operatividad. Sin embargo, algunas personas que han sufrido trastornos por ansiedad, sobre todo si han sido muy severos o incapacitantes, están tan sensibilizadas que tienen después dificultades para tolerar la ansiedad normal, e incluso distinguirla de la patológica.


En los próximos días hablaremos de cada uno de los trastornos de ansiedad que existen.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Nuevas diferencias cerebrales entre hombres y mujeres


Un equipo de científicos españoles del CSIC ha identificado ciertas diferencias entre hombres y mujeres en una zona del cerebro llamada neocortex temporal, que está relacionada con los procesos sociales y emocionales y con la capacidad humana de atribuir intenciones a otras personas.Biopsiando ocho cerebros, cuatro de cada sexo, los investigadores observaron que los hombres presentan hasta un 30% más de conexiones entre las neuronas (sinapsis) de esta zona del cerebro.

No obstante, según Javier de Felipe, neurocientífico del Instituto Ramón y Cajal, el hallazgo no implica que un género sea más inteligente que otro, sino únicamente que en la región del cerebro investigada “las conexiones son diferentes”. De hecho, el investigador considera que sería un error extrapolar estos datos a todo el cerebro puesto que “es probable que el hombre tenga una menor densidad de sinapsis que las mujeres en otras regiones corticales”. En un artículo publicado hoy en la revista PNAS, De Felipe y sus colaboradores animan a otros investigadores a continuar estudiado las conexiones cerebrales en el resto de nuestro heterogéneo órgano pensante.


Fuente: Muyinteresante

lunes, 1 de septiembre de 2008

Síndrome Postvacacional

Hoy es 1 de septiembre, y para muchas personas termina el periodo vacacional, y comienza de nuevo la rutina. Son muchas las personas que sufren el denominado síndrome postvacacional, caracterizado por la presencia de gran cantidad de síntomas físicos como el cansancio, la fatiga, la falta de apetito, dolores musculares, dolores de cabeza y molestias en el estómago,aunque también se presentan síntomas psiquicos tales como “tristeza, irritabilidad, falta de concentración y una gran falta de interés por el trabajo.

Algunas recomendaciones para evitar el síndrome postvacacional:

- Algo que podemos hacer es volver dos días de vacaciones, y acostarnos y levantarnos antes para acostumbrarnos a la rutina de ir al trabajo.

- También es muy importante tener una actitud positiva hacia el trabajo, así como una buena comunicación con compañeros, jefes. En el caso de que haya habido algún problema antes de irnos de vacaciones con el jefe, esto puede precipitar el síndrome postvacacional.

- Es importante que los primeros días de trabajo realicemos trabajos de poca intensidad, y nos adaptemos al trabajo de forma gradual.

- Apuntarnos a una actividad deportiva para los ratos libres, así estaríamos más relajados.

Estos síntomas del síndrome postvacacional puede durar unos 15 días. Si nota que se prolonga más de 15 días es necesario consultar con un profesional porque puede que exista algún tipo de trastorno enmascarado como por ejemplo una depresión.